¿Quién representará al Teatro Aficionado en el Consejo Estatal de las Artes Escénicas y de la Música?

El Gobierno acaba de crear el Consejo Estatal de las Artes Escénicas y de la Música. Este Consejo será de gran utilidad para la redacción de la futura Ley de las Artes Escénicas y de la Música. Uno de nuestros colaboradores nos traslada las siguientes reflexiones al respecto.

El Ministerio de Cultura a través del INAEM, nos ha informado que cuando se decida la futura Ley de las Artes Escénicas y de la Música se piensa consultar a todo el sector, e indudablemente, vosotros, como Teatro de Aficionados, sois parte del sector. A la hora de componer ese Consejo nos dicen que Uno de los requisitos es que las Asociaciones que estén en ese Consejo tengan implantación en dos o más CCAA para que tenga carácter estatal. Pero nos asaltan dos preguntas: ¿Cómo se elegirá a quién representará al Teatro aficionado en el mencionado consejo Estatal? ¿Esta el tejido asociativo de Teatro Aficionado preparado para este reto?.
El mundo del asociacionismo en teatro aficionado, a nivel estatal, no está, lo que se podría decir, bien organizado y no funciona de forma demasiado eficaz. A la hora de designar Asociaciones que estén en ese Consejo (Consejo Estatal de las Artes Escénicas y de la Música) que tengan implantación en dos o más CCAA para que tenga carácter estatal; no será fácil encontrar una que represente a todo el estado, que reúna un máximo consenso y que a su vez tenga un funcionamiento eficaz y sostenido en el tiempo.
El auténtico Teatro Aficionado que es el que mantiene viva la llama del teatro y crea espectadores de forma altruista y callada, debe estar bien representado en ese Consejo. Esa responsabilidad debe recaer en alguien que recoja ese máximo consenso deseable entre todo el colectivo.
A las asociaciones (del ámbito que sea) les resulta altamente difícil organizarse para poder reunirse y poner en común, a nivel estatal, sus planteamientos, no olvidemos su carácter no lucrativo y por lo tanto, lo limitado de sus fondos económicos.
¿Sería descabellado que el Ministerio de Cultura tomara la iniciativa de realizar una convocatoria a nivel nacional para que todos aquellos que se mueven en el ámbito del teatro aficionado (grupos de teatro, asociaciones, programadores, gestores, e incluso particulares amantes del teatro no profesional...) pudieran reunirse para hablar de la problemática específica del teatro aficionado, y de cómo articular y favorecer su desarrollo?.
La administración del Estado, está en deuda con el teatro aficionado. Nunca ha habido un interés real en regular este sector, en comprenderlo y apoyarlo como se merece.
La creación de este Consejo y el desarrollo de la Futura ley de las Artes Escénicas y de la Música podría ser una oportunidad única para regular y normalizar este sector tan desatendido hasta la fecha pero que reúne a tantos militantes del teatro alternativo-al-profesional y amantes desinteresados del TEATRO, con mayúsculas. Ya va siendo hora de terminar con los recelos entre profesionales y aficionados y con el intrusismo mutuo. Se hace necesario más que nunca regular (e incluso legislar) la normal convivencia entre ambos colectivos colocando a cada uno en su sitio.
Con solo consultar las propias bases de datos del Centro de Documentación Teatral del Ministerio de Cultura, http://documentacionteatral.mcu.es/Tema_b.htm se podrá comprobar que es mucho lo que se mueve (tanto a nivel de grupos, como festivales, muestras certámenes, etc.), bajo el epígrafe de “vocacional” (474 registros) “aficionado” (52 registros), “no profesional” (21 registros) o ”amateur” (228 registros) . Y si uno se asoma a lo que ocurre en otros países u organismos internacionales podrá comprobar que en España estamos en paños menores. ¿Hasta cuando?.
Sería una lástima desperdiciar esta la oportunidad única, que representa la redacción de una nueva Ley, para regular un sector que tanto aporta a la cultura en general y a la creación de nuevos espectadores de teatro.

El debate queda abierto. Nos interesa vuestra opinión y vuestras sugerencias.