Hace pocos
días reproducíamos en este espacio la nota de prensa de la Fundación Autor sobre
la decisión del Comité organizador de los premios Max de otorgar por primera
vez un Premio Max al Teatro Aficionado.
Nos reiteramos en lo que dijimos entonces al trasladar nuestra
felicitación por dicha concesión a la Fundación Autor ,
al tiempo que a EscenAmateur “Alma Mater” e inspiradora de la idea.
Pero una lectura más detallada de la nota nos llama la atención
una frase que nos preocupa: el Premio Teatro
Aficionado “será una de las cuatro
estatuillas que se entregarán por designación directa del comité
organizador”
Dicho Comité otorga así mismo de forma
directa el Premio Nuevas Tendencias, el Premio
Iberoamericano y el Premio de
Honor porque van destinados a profesionales. El palmarés de premios
especiales se completa con el Max
de la Crítica
y el Max al Espectáculo Revelación,
que concederán sus respectivos jurados.
Pero en la inmensa mayoría de los premios son
los propios profesionales del teatro y la danza quienes integran el cuerpo
electoral hecho que ha contribuido a dar a los
premios su gran prestigio y carácter democrático.
La duda es evidente ¿por qué no se somete el premio al
Teatro Aficionado al mismo criterio de ser otorgado por los propios aficionados?, o en su
defecto, y vista la complejidad de conformar este amplio cuerpo electoral
aficionado, ¿Por qué no se compone un
jurado específico?.
No dudamos de la solvencia de los
profesionales que integran dicho Comité Organizador para seleccionar o valorar a
los candidatos a los premios de Nuevas Tendencias, el Premio
Iberoamericano y el Premio de
Honor, aunque lo ideal es que tuvieran su jurado específico. Los
candidatos a dichos premios se eligen entre profesionales y por profesionales.
Pero el panorama del teatro Aficionado
es amplio y complejo y creemos que los más autorizados a conceder dicho premio
son los propios aficionados. Repetimos que a estas alturas es muy difícil,
aunque no imposible, conformar ese cuerpo electoral democrático. Pero si es muy
fácil y rápido componer un jurado específico, compuesto por aficionados que con
pleno conocimiento del espacio Amateur pueden encargarse de otorgar dicho
premio.
Estamos
convencidos que Antonio Onetti, presidente de la Fundación Autor ,
compartirá este criterio y confiará a los Aficionados el otorgamiento de su
premio.
El Teatro Aficionado, y su labor callada, continuada en el
tiempo y a veces incomprendida, se merece la consideración que le da la Fundación autor al crear
este primer Premio Max al Teatro aficionado. Esperemos que en el devenir de los
premios Max se siga contando con el Teatro Aficionado y que se facilite el
acceso de alguno de sus representantes a aquellos ámbitos actuales y futuros
que adopten decisiones sobre las artes escénicas. Al igual que se sienta un
representante del teatro aficionado (perteneciente a EscenAmateur, por cierto) en
el Consejo Estatal de las Artes Escénicas; sería deseable, y creemos que muy conveniente,
hacer un hueco al Teatro aficionado en el comité Organizador de lo Premios Max o en sus derivadas futuras.
¿Por qué no se somete el premio ...? Se escribe así. Por favor, pongan un poco más de cuidado al escribir. Gracias
ResponderEliminarGracias por la anotación que asumimos y corregimos, pero...los gazapos, aun cundo pongan al descubierto nuestro errores, también tienen derecho a la vida.
ResponderEliminar